Nunca se termina de aprender!...

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...Mi trabajo es hacer preguntas poderosas…y movilizar a las personas, desde un punto de inercia, de comodidad y confort, a otro espacio, de aprendizaje y nuevas posibilidades...

lunes, 21 de febrero de 2011

La potencialidad tras los estados de inercia

Cada cierto tiempo –y en ocasiones no menores durante el año- advierto en mi ciertos "estados de inercia" como yo les llamo. Son períodos en los cuales me muevo erráticamente con baja productividad y la mayor parte de las veces con excesivo uso del pensamiento. He aprendido últimamente lo positivo que resulta observar estos estados, por los indicadores que nos dan con respecto a variados temas.

En ocasiones estos estados no solo se manifiestan en individuos, también es común encontrarlos en el desempeño de grupos humanos y equipos de trabajo, y así como en las personas suelen provocar muchas veces un quiebre en el fluir natural del quehacer, en el desempeño de los equipos parecen ser incluso más nocivos.

Lo paradójico es que en esos momento en que suspendemos nuestro accionar diario, no tenemos la costumbre de detenernos y leer lo que dichos estados quieren mostrarnos, siendo que, a mi juicio, tenemos ahí material altamente provechoso para observar las dinámicas individuales y grupales.

De la observación de estos estados podemos quizá obtener información sobre nuestro círculo de preocupación: todas aquellas cosas que nos mantienen suspendidos las cuales no hemos debidamente cerrado (conversaciones pendientes, tareas inconclusas, compromisos no resueltos, etc).

Podemos advertir también nuevas necesidades: quizá acciones que nos conduzcan a resolver nuestras tareas con mayor facilidad (pedir ayuda en determinado dominio, darnos la posibilidad de aprendizaje que amplíe nuestro campo de dominio, etc).

Estos estados pueden ser una buena oportunidad para revisar nuestra tolerancia y resistencia a los cambios, así como nuestra motivación e interés por lo que realizamos y mirar aquello que nos está faltando para reencantarnos con lo que hacemos. Quizá es una buena oportunidad para encontrar pasiones nuevas! O nuevas formas de hacer lo que siempre hacemos. Y entonces entramos a mirar no solo nuestras acciones, también nuestras emociones en torno a lo que hacemos.

Pero...¿Cómo podemos sacar provecho de estos estados que muchas veces se llevan como una procesión interna y silenciosa? ¿Cómo revertir la improductividad en aprendizaje? Partir por reconocer estos estados es el punto de inicio para luego descifrar aquello que nos incomoda, que nos atemoriza, que no nos cautiva, que nos hace dudar y nos paraliza…o solo advertir que nos mantiene distraídos, para focalizarnos una vez que definamos nuestras prioridades.

Aprender a leer nuestros estados internos y los de nuestro equipo de trabajo puede convertirse en una poderosa herramienta! recuerden que la inercia puede ser un buen escenario para un gran impulso.