Nunca se termina de aprender!...

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...Mi trabajo es hacer preguntas poderosas…y movilizar a las personas, desde un punto de inercia, de comodidad y confort, a otro espacio, de aprendizaje y nuevas posibilidades...

jueves, 30 de diciembre de 2010

La magia de los últimos días del año

El tiempo ha sido siempre un factor misterioso y fascinante para el hombre…poner control sobre ello -con la creación de un calendario- aunque sea de forma imaginaria, no solo le permitió al hombre poder predecir las estaciones para el provecho de las cosechas y el orden de la vida en general, sino que además nos ha permitido una suerte de “control de calidad interno”, aquello que yo llamo “el balance personal”, ese que probablemente hacemos todos, conscientes o no, en los últimos días del año.

Somos seres ritualísticos, y la importancia y necesidad de los ritos en nuestra vida tiene mucho que ver con la importancia que le hemos dado también al tiempo. Los ritos nos permiten celebrar hitos importantes en nuestras vidas y adjudicarles un espacio temporal para reeditar a futuro el evento, recordándolo y reviviendo aquello que celebramos. Son vivencias cargadas de un fuerte contenido simbólico que nos sirven como recordatorio de algo que es importante para nosotros. Uno de estos ritos, es en nuestra cultura occidental, la celebración de la noche de año nuevo.

¿Sería lo mismo si el año pasara de largo y no existiera un hito que simulara un corte o un cierre cada año? Sin duda que no… La necesidad de dar cierre o clausura es otro de los aportes de los rituales. Con ellos podemos cerrar ciclos y emprender una etapa nueva. He ahí el mágico poder que tienen los últimos días del año y que es precisamente conectarnos con un insight retrospectivo de nuestra vida: una mirada hacia lo íntimo y lo público, un vistazo al mundo emotivo, a lo social. Recordamos a los que partieron, examinamos nuestros vínculos actuales, hacemos un balance de nuestra efectividad, de nuestro crecimiento, una suave mirada de los errores y aciertos, de los aprendizajes que hemos decidido atesorar para el año próximo.

Los últimos días del año nos invitan a conectarnos con la película de la vida en flashes y escenas al más puro estilo de un tráiler, aunque ya conocido. Creo que es el más sabroso regalo que el ritual de año nuevo nos puede dar… no tenemos la posibilidad de adelantar nuestra vida ni saber cómo será lo que construiremos el nuevo año, por suerte!, pero si tenemos la capacidad de mirar el pasado y si esto lo hacemos con un ánimo apreciativo y constructivo, tanto mejor! El nuevo año viene a regalarnos la posibilidad de hacer, pensar y sentir distinto, de enmendar, de activar lo inactivo, de fortalecer lazos debilitados, de darnos el espacio del perdón, de construir relaciones nuevas. El nuevo año viene a ofrecernos tomar nuevos caminos, nuevas miradas de las cosas, rescatar lo abandonado, buscar lo olvidado, quizá dirigir el foco hacia otro punto e iluminar nuevos proyectos. Para otros quizá bastará con detener la máquina y descansar un rato a la orilla del camino. La invitación que nos hace el nuevo año es PERSONAL e INTRANSFERIBLE!!!. Cada uno recibe una invitación hecha a la medida. Tomarla o dejarla es cuestión de cada cual.

Hoy quiero invitarlos a regalarse 30 minutos de su tiempo, a solas, para ayudados por el silencio, mirar el tráiler de sus vidas este año 2010. El aprendizaje que nos depara esa experiencia es potente! Yo acabo de terminar mis 30 minutos y han sido quizá los 30 minutos más provechosos del año, me voy llena de desafíos y tranquila para el 2011, sabiendo que estos 30 minutos me han dado la posibilidad de decidir lo que quiero atesorar y lo que no para el año próximo.

Suerte en su balance!! Y que tengan un bello inicio del nuevo año!

2 comentarios:

Rodrigo Silva Ortúzar dijo...

Gracias por el regalo.

Elisa Rillon dijo...

Gracias Maricel....está bueno este momento de reflexión!!....lo voy hacer. Un abrazo.